Notas y Publicaciones

Adopción y familias sustitutas

Cuando un menor vive con una familia adoptiva y por una orden del juez debe volver con sus padres biológicos o con alguno de ellos, considero importante tener en cuenta algunos puntos.
En primer lugar, para cualquier chico que es adoptado la situación de “ser abandonado” por sus padres biológicos, es una marca y una cuestión que a nivel psíquico, será tramitada de diferentes maneras, de acuerdo a su “realidad psíquica” (alude a lo que para el sujeto adquiere valor de realidad, poniéndose en juego sus deseos y fantasmas inconcientes).Por lo tanto que alguno de sus padres biológicos “lo reclame” seguramente tendrá un efecto benéfico y de algún modo reparador.
Considero que es importante escuchar al menor, evaluarlo y es muy probable que se pueda tomar una decisión acertada y no extrema, donde, teniendo en cuenta cada caso, se opte por lo mejor para él, considerando por supuesto opciones, donde el que no conviva con el niño, pueda tener acceso a un contacto fluido y espontáneo que permita que se perpetúe y/o se establezca un vínculo afectivo adecuado.
En el caso de los menores que son entregados a familias sustitutas, también creo que se debería evaluar caso por caso y escuchar al menor. En realidad considero que la idea de una familia sustituta es absolutamente adecuada como situación intermedia previa a una adopción, cualquier situación que priorice la posibilidad de un vínculo afectivo más íntimo y personalizado, será beneficiosa para el niño. Si fuera un bebé, porque resulta fundamental para él establecer un lazo afectivo con una persona (madre sustituta) y no con varias, como puede darse en cualquier institución que pueda permanecer. Este beneficio se hace extensivo a un niño más grande, pero en este caso debería saber cual es la situación, me refiero a la transitoriedad de su permanencia en el seno de esa familia. Si transcurre un tiempo prolongado sin que el niño sea adoptado y al aparecer una familia adoptante se genera una dificultad para el desprendimiento, en ese caso, se debería evaluar si la misma es del niño o de la familia y brindar la asistencia adecuada para evaluar psicológicamente al niño y ayudar a realizar ese tránsito y llegado el caso,si la familia sustituta quisiera adoptarlo, podría ser beneficioso para el niño, que la misma sea concedida.
Por supuesto existe un marco jurídico que deberá respetarse, en todo caso mejorando algunas cuestiones rígidas y formales que permitan cierta elasticidad y por supuesto optimizando al máximo los tiempos de la justicia, lo cual permitiría que muchas situaciones dolorosas se eviten.

 

Lic. Silvana Santoro

Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense

 

VOLVER