Notas y Publicaciones
La crisis de los 40
Con un registro mayor o menor, con malestares pasajeros o francas depresiones, “los 40” son una etapa en la vida tanto de hombres como de mujeres en la cual se produce lo que en Psicología llamamos una “crisis vital”.
La palabra crisis deriva etimológicamente de un vocablo
griego que significa separación y elección.
Nos encontramos en un momento en el cual no se puede enfrentar
la nueva etapa con los recursos que hasta allí se utilizaron.
Las crisis vitales implican cambios biológicos, psicológicos
y sociales. Requiere de la plasticidad necesaria como para
cambiar pautas de interacción por otras nuevas que
se correspondan con el desempeño de nuevos roles o
funciones. Se caracterizan por ser situaciones de crisis transitoria
cuya duración permite la elaboración de los
cambios necesarios para pasar a la siguiente etapa. En general,
tienen un valor positivo ya que implican maduración
y crecimiento.
Refiriéndonos específicamente a “los
40”, podríamos decir que dada la expectativa
de vida actual , nos encontramos en la mitad de la vida. Como
decíamos previamente se producen cambios bio-psico-sociales.
A nivel biológico se comienzan a observar cambios en
el cuerpo tanto en la gestalt del mismo como en su rendimiento. Cominenzan
a registrarse algunas limitaciones.
Se aproxima el fin de la edad reproductiva en la mujer, con
todas las implicancias tanto físicas como psicológicas
que tienen ya sea se haya tenido hijos o no.
Precisamente, los hijos que para esta altura ya rondan la
adolescencia son un marcador del tiempo, les muestran a los
padres el adolescente o el joven que ellos fueron en otro
momento. Respecto a los roles, la autonomía de los hijos
va marcando la de los padres en su función. Si permanecen
juntos como pareja, deberán reacomodarse al “volver
a estar solos”.
También requiere de una reacomodación el propio rol de hijos frente al envejecimiento de los padres.
Sería imposible intentar dar cuenta de todas las variables en relación a las circunstancias de vida diversas en las que se puede encontrar una persona a los 40, pero lo que considero que indefectiblemente se moviliza en cualquiera de ellas es lo que llamo “los 40 como tope”. Sería algo así como “el ahora o nunca”, el momento del fin de las postergaciones neuróticas que nos hacen dejar para otro momento el tomar ciertas decisiones que pueden implicar “un giro en la vida”. Es el momento del todavía estoy a tiempo ….. (¿de ser feliz?).
Más allá de los duelos es una etapa de la vida que supone riesgos y conquistas. Es muy importante como dije, la flexibilidad para realizar las adaptaciones, rupturas y acomodaciones oportunas así como para abrirse y reconocer si es necesario ser ayudado a realizar este tránsito.
Lic. Silvana Santoro
Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense
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