Notas y Publicaciones

DIVORCIO: Pensando en los chicos

Cuántas veces frases como la de este título son utilizadas por los adultos en su búsqueda e intentos, a veces heroicos y desesperados, por sobrellevar conflictos y crisis familiares.

 

Pensando en los chicos estos indiscutiblemente para su desarrollo y madurez plenos, requieren de una familia, de modelos y funciones y de un lugar en una historia.

 

¿Qué pasa con los chicos ante la ruptura del lazo conyugal? Por empezar, se debe pensar en la particularidad de cada caso, en el momento del desarrollo de ese niño, en los estilos familiares y vinculares, en las condiciones de esa ruptura y en una gran cantidad de factores que determinaran sus posibilidades de elaboración de la situación.

 

¿Será posible evitar que los chicos sufran? El sufrimiento suele ser inevitable. La intensidad del mismo dependerá de lo conflictiva que sea la situación familiar y en qué medida los niños puedan verse involucrados o preservados de los mismos.

 

Pueden existir diversas manifestaciones de la situación dolorosa que el niño está atravesando: temores de abandono, de indefensión, de culpa o temor de haber podido ser culpable de la situación que viven sus papás. Otras veces pueden parecer ausentes, con dificultades de concentración en la escuela o bien aparecen situaciones de violencia y agresividad. Respuestas que pueden darse en diferentes tiempos y en forma ambivalente, pero que siempre significan para el niño un proceso psíquico que requiere una elaboración.

 

Freud en uno de sus trabajos señala el diálogo de un niño “...háblame, tengo miedo. Pero ¿de qué te sirve si no puedes verme? Hay más luz cuando alguien habla...”

 

Es necesario resaltar el valor de la palabra, del decir sobre aquello que acontece en casa, aún cuando este decir y esta verdad resulten dolorosas. Esta posibilidad de poner en palabras, de escuchar y ser escuchados, alivia y esclarece.

 

En ocasiones y sobre todo cuando este proceso de elaboración se ve obstaculizado puede resultar necesario un abordaje psicoterapéutico que permita tramitar la angustia y evitar la permanencia de síntomas que podrían agravarse, por ejemplo: estados de introversión y aislamiento, conductas de agresión física y verbal, imposibilidad de relacionarse con sus pares, mal rendimiento escolar, mayor predisposición a contraer enfermedades y otros.

 

Será necesario pensar y trabajar sobre cómo, mas allá de la separación, de lo más o menos ruidosa y conflictiva que esta fuere, se deberá entender que los chicos requieren de vínculos y lazos, de modelos que les permitan asirse y crecer de la mejor manera posible, favoreciendo la vivencia de que más allá de esta decisión de sus padres, perdura una filiación y una historia.

 

 

Lic. Alicia Carla Farssi

Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense

 

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