Notas y Publicaciones
Cuando es preciso ser padres
La función de los padres en la transmisión y el desarrollo de la cultura
. . . todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.
SIGMUND FREUD
El ser humano posee una tendencia natural a la violencia,
al egoísmo, a la intolerancia y a todos aquellos sentimientos
que implican satisfacción inmediata y desconocimiento
de la existencia del otro.
Los padres son los primeros agentes de socialización,
la cual se lleva a cabo a través de la educación,
la transmisión de normas y la incorporación
de hábitos.
Educar significa etimológicamente conducir hacia fuera
proviene de educere ex (fuera) –ducere (conducir), es
decir preparar al individuo para el mundo encauzando todo
lo primitivo que existe en el ser humano hacia formas que
le permitan vivir en sociedad.
La internalización de todas estas pautas se realiza
gracias el sostén afectivo constante y suficiente de
los mismos padres. Para ello se requiere que tengan una disponibilidad
que implica presencia, dedicación de tiempo, paciencia,
descentramiento y capacidad de postergación de sus
propias necesidades; acompañado de una transmisión
clara y firme de pautas y valores.
Si se pone el acento fundamentalmente en la educación,
sin la apoyatura del sostén afectivo en forma proporcional;
o si se privilegia lo afectivo y existe una deficiencia en
la transmisión de normas y valores, paradójicamente
puede dar lugar al mismo tipo de patologías: violencia,
adicciones, trastornos alimentarios, depresión, conductas
antisociales, etc.
La recurrente aparición de este tipo de cuadros en
el consultorio hace evidente la existencia de una falla en
la manera en que se lleva a cabo el proceso de socialización.
En un primer momento se circunscribe al ámbito familiar,
es entonces cuando los padres consultan porque sus hijos presentan
dificultades para dormir, por agresividad con los hermanos
y cada vez más hacia los propios padres, por medio
de insultos, desafíos y hasta violencia física.
En un segundo momento, el de la escolarización, se
plantean consultas desde los padres o desde la propia escuela
por problemas de aprendizaje, trastornos de conducta, déficit
de atención, violencia o imposibilidad de aceptar las
normas de la institución escuela. Luego, en la adolescencia
estas mismas dificultades se ponen de manifiesto haciéndose
sentir directamente en el entramado social. Violencia, delincuencia
y adicciones forman parte del espectro de patologías
que ya, a esta altura, evidencian las fracturas previas.
Haciendo también un análisis de los observables
con relación a la forma en que se ejerce la función
de padres encontramos las siguientes dificultades:
- Poca disponibilidad para explicar, escuchar y contener,
- Delegación de funciones parentales en otras personas,
- Sobreprotección y otorgamiento de un poder exagerado a los niños y adolescentes (en última instancia y aunque no lo parezca es abandono),
- Imposibilidad de transmitir normas y enseñar hábitos con la constancia necesaria como para que sean incorporados, evitando hacerlo por temor a que los hijos se sientan dañados o a que no los quieran más,
- Complicidad con los hijos frente a cualquier figura de autoridad que los pueda cuestionar o limitar,
- Dificultad para transmitir la consecuencia que los actos tienen y para enseñarles a tolerar las frustraciones,
- Poca o ninguna identificación con el rol de adultos
y gran tendencia a actuar identificados con el rol de hijos.
Resulta bastante claro, el grado de importancia que la función de los padres tiene en la transmisión, el desarrollo y el sostén de la cultura y que se ve reflejada a posteriori en la sociedad en la cual a los propios hijos les toca vivir.
. . . esos locos bajitos que se incorporan, con los ojos abiertosde par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que por su bien hay que domesticar
JOAN MANUEL SERRAT
Lic. Silvana Santoro
Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense
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